Mi amplia cama me señalaba que no estabas allí.
Pero llegaste muy pronto con tu aroma característico.
Me recogiste en tus fuertes brazos
y quedé un poco descubierta,
busqué las finas sábanas
que eran lo único que me resguardaban.
Me llenaste de besos y me dijiste mil veces que me amabas,
Pero tenías que irte, pero ya yo te extrañaba
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