En las manos de Dios voy, sin ninguna presunción
mi pecho como cofre y fino reloj
mis ojos mirando al cieloy en mi boca,
una larga plegaria por una vivencia
sin tantas espinas saber que vienen de mis defectos
pero una me amó así,casi por un siglo no pienso que araré en el mar
porque creo ver un fino pimpollo florecer
mi pecho como cofre y fino reloj
mis ojos mirando al cieloy en mi boca,
una larga plegaria por una vivencia
sin tantas espinas saber que vienen de mis defectos
pero una me amó así,casi por un siglo no pienso que araré en el mar
porque creo ver un fino pimpollo florecer
Mañana llenarme de canas y arrugas,muestras de sapiencia y de la heredad
incansables en mis venas, en mi corazón
e irme quedando quieta, sin barbusear siquiera
interrumpir mis letanías mentales para confesar
que mi proceder fue sincero y sin ninguna maldad
así diluirme entre las olas, sin gran complejidad
incansables en mis venas, en mi corazón
e irme quedando quieta, sin barbusear siquiera
interrumpir mis letanías mentales para confesar
que mi proceder fue sincero y sin ninguna maldad
así diluirme entre las olas, sin gran complejidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario