Guarda el secreto de nuestra lujuria
de nuestro desenfreno, sin cadenas
del plácido oasis, sin desierto
Nuestro arrojo en eterna pelea
tu boca debe quedar sellada por miles de besos
tu cuerpo debe quedar cubierto con el mío
saciándose de los deseos cumplidos
nuestros sudores mezclándose finamente
la noche se hace corta frente a tan gran destino
la luna contemplando el eterno baile con cadente ritmo.
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