Hoy he dejado de lado, por unos minutos; la escoba, la mopa y el delantal. Y he tomado de nuevo, la pluma. Pero no puedo cerrar los ojos para no señalarte imperiosas alertas _ ¡cuidado! ¡estás muy alto! ¡te vas a caer! ¡no te introduzcas nada en la nariz, ni en los oídos! recuerda que no te gusta que te puyen, ni que te saquen sangre.
Inicia el día ... a desayunar, un poquito de comiquitas, almorzar y a dormir la siesta. Después la merienda, finalmente llegará tu papá, ya sé, abrazos, besos y límites. Mañana seguiremos igual; con la rutina.
Hoy en tu cumpleaños, pienso lo inmenso que encierra la palabra "HIJO" . Es un deseo, un trabajo, un gran amor, es la barajita para el futuro. Son anhelos, frustraciones e infinitamente, seguir, seguir, seguir.
Analizo qué sería mi vida sin ti, Hijo Mío. Tus ojos resumen la belleza enorme del nocturno infinito. Tus manitos, la promesa de un trabajo honesto. Tu voz trinos celestiales para mis oídos.
El reto está establecido, debo dar más del 100% , en tu crianza, en la casa y como esposa. Hijo, enorme regalo que me dio la vida un día de septiembre.
Ante este reto, a veces me considero sin fuerzas, pero luego realizo una respiración que me permite pronunciar la expresión "MI HIJO". Y el Supremo me invade de fuerza de miles de titanes.
Hoy te regalo mi trabajo constante y te deseo que alcances la felicidad. Y recuerda que el mundo es para descubrirlo y si alguna vez te caes con una pequeña piedra, estaré aquí; hijo mío, para ofrecerte mi hombro para que recobres la fuerza y vuelvas de nuevo a la contienda. Mi pensamiento siempre irá contigo, hijo mío.
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